Tejiendo espacios comunes...

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lunes, 23 de febrero de 2009

Cartografía de cuevas secas

Chac Tun

Es conocido que Quintana Roo posee varios de los sistemas de cuevas inundadas más grandes del mundo. Exploraciones recientes realizadas por dedicados buzos han puesto al descubierto cientos de kilómetros de conductos subterráneos. Sin embargo, nuestro estado también cuenta con un gran número de cuevas secas de considerable longitud. No podemos ignorar su existencia si deseamos convivir con ellas.

El proceso en la elaboración de un mapa comienza desde el momento exacto en que uno se adentra en las entrañas del suelo. Cobran vital importancia la observación minuciosa y la dedicación para obtener datos precisos. Esto se logra mediante la medición de distancias, ángulos acimutales y verticales en estaciones dispuestas a lo largo de transectos en el interior de la cueva.

Otra actividad importante consiste en realizar diagramas de las dimensiones indicando los tipos de decoración presentes en sus pasillos y galerías. Esta información –que incluye datos y diagramas– es capturada, analizada y utilizada en la construcción del mapa. Este mapa debe contener toda la información básica como el nombre, las coordenadas de la entrada, la longitud máxima, la profundidad máxima, así como observaciones y características generales.

El mapeo de cuevas cobra particular relevancia en esta zona del país, ya que nos permite ubicar perfectamente las entradas (accesos) de la cueva e identificar su recorrido por debajo del suelo. Por desconocimiento u omisión, se han desarrollado grandes complejos sobre galerías y pasillos subterráneos, en donde siempre está el peligro latente de hundimientos del terreno. De igual importancia, el contar con esta información nos permitiría emplearla como complemento o validación de información obtenida por medio de estudios más complejos, como por ejemplo los sondeos geofísicos.

Adentrarse en una cueva es una experiencia inolvidable. Las cuevas nos hablan de geología, de bioquímica, de paleontología y de arqueología. Las cuevas nos enseñan historia, nos motivan a conocerlas y a pensar en su futuro.

El mapa se realizó en equipo de tres personas con clinómetro (suunto) y cinta.



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lunes, 16 de febrero de 2009

Cuevas de Quintana Roo


Actun Pool Tunich


Por su forma [1], los cenotes se han clasificado clásicamente en cuatro tipos:

· Grutas (aktun), en los que la entrada es lateral.

· Cenotes cántaro (ch’e’n), en los que la abertura al exterior es pequeña en relación con el diámetro del embalse.

· Cenotes cilíndricos (ts’onot), de paredes verticales, donde la abertura equivale al diámetro del cuerpo de agua.

· Cenotes aguada (ak’al che’), azolvados, con perfil en forma de plato.

Como vimos antes, el grado de conexión con el acuífero permite distinguir: a) cenotes “jóvenes”, que se conectan libremente a tra­vés de los túneles de las cuevas, con aguas claras, fondo limpio y agua bien oxigenada, y b) los cenotes “viejos”, estancados, turbios y estratificados (formación de varias capas de agua). Debido al colapso del techo y la sedi­mentación, el intercambio con el agua subterránea es restringido y el recambio del agua es más lento. En éstos, la capa acuática superficial es básica y sobresaturada con oxígeno disuelto, mientras que la profunda es ácida, desprovista de oxígeno, hay acumulación de materia orgánica y con ácido sulfhídrico cerca del fondo.

[1] Schmitter-Soto J. J., E. Escobar-Briones, J. Alcocer, E. Suárez-Morales, M. Elías-Gutié­rrez, L.E. Marín, 2002. “Los cenotes de la península de Yucatán”, en: G. de La Lanza y J. L. García Calderón (comps.) Lagos y presas de México, AGT. México, 679 pp.

[2] Schmitter-Soto J. J. et al. 2002 Hydrogeochemical and biological characteristics of cenotes in the Yucatan Peninsula (SE Mexico). Hydrobiologia 467:215-228











pdf


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lunes, 9 de febrero de 2009

Los cenotes de Quintana Roo

Verde Lucero











Uno de los rasgos distintivos de nuestra Península de Yucatán es su topografía casi plana, sin valles ni montañas y con altitudes que apenas rebasan los 30 m. El tipo suelo se compone principalmente de roca caliza, o saskab (tierra blanca), la cual contiene carbonatos de calcio y magnesio que son ligeramente solubles en agua.


Los cenotes son complejos sistemas acuáticos generados mediante la disolución de los carbonatos y otros minerales del suelo, por lo que los científicos los llaman lagos de disolución, aunque en realidad los cenotes más jóvenes son más similares a ríos que a lagos, pues tienen conexiones a corrientes subterráneas que favorecen la circulación de agua.

Actualmente, el término cenote se emplea para designar cualquier espacio subterráneo con agua y que contenga una ventana hacia el exterior. Los mayas, que no solamente tenían el conocimiento de estas manifestaciones del terreno sino que los empleaban diariamente como fuente de agua y vida, los llamaron ts’ono’ot o d’zonot, que significa “caverna con depósito de agua”.
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lunes, 2 de febrero de 2009

¿Cómo se formaron los cenotes?

Una de las hipótesis más aceptadas [2] acerca del origen de los cenotes, propone una secuencia de pasos en un proceso llamado karst, que consiste en la combinación de al menos tres mecanismos: disolución, colapso y construcción de la roca caliza.

1 En el primer paso la roca se disuelve por medio del agua de lluvia ligeramente ácida que al mezclarse con agua salada aumenta su poder corrosivo, formando así una extensa red de ríos, cuevas y cavernas que se extiende por el subsuelo.


La ecuación química de la disolución de la roca caliza es la suma de varias reacciones:

          CO2 (g)   CO2 (ac)
 CO2 (ac) + H2O ↔ H2CO3*
          H2CO3*  H+ + HCO3-
     CO32- + H+ HCO3-
      CaCO3 (s)  Ca2+ + CO32- 

CaCO3 (s) + CO2 (g) + H2O Ca2+ + 2HCO3-
donde el agua, al mezclarse con el gas carbónico (CO2) de la atmósfera se acidifica y disuelve más fácilmente al carbonato de calcio (CaCO3) de la roca caliza y forma bicarbonato (HCO3-), una especie notablemente más soluble. Otro tipo de disolución, pero de origen biológico, es el que se presenta en el interior de los cenotes donde algunas bacterias descomponen la materia orgánica produciendo ácido sulfhídrico (H2S), un poderoso corrosivo químico.


2 En el segundo mecanismo, cuando el nivel del mar ha bajado durante periodos glaciares, desciende también el nivel del acuífero y deja una cueva llena de aire donde, por falta de soporte se pueden desplomar diferentes secciones del techo, formando una dolina o cenote. Al final del periodo glaciar, se descongelan los polos, aumenta nuevamente el nivel del mar e inunda la cueva.


3 Finalmente, el tercer mecanismo asociado al karst es el responsable de la formación de estalactitas, estalagmitas y columnas, por acumulación del material disuelto en el primer paso. En el caso de las cuevas inundadas este proceso ya no sucede más. El grado de karstificación depende de factores que operan con diferente escala espacial y temporal, lo que permite una gran variedad de formas y decoraciones en el sistema de cuevas y cavernas.

Teniendo en mente estos mecanismos, podemos decir que la formación de cenotes se genera a través de una secuencia de eventos: desde una gruta “joven” o cueva inundada se puede formar un cenote tipo cántaro por hundimiento parcial del techo. Este proceso avanza desde arriba, por infiltración de la lluvia y desde abajo, por circulación subterránea. A continuación, la totalidad del techo se derrumba formando un cenote cilíndrico; si se interrumpe el flujo se forma un cenote léntico que puede generar por azolve y por hundimiento de la zona adyacente, un cenote “viejo” o tipo aguada. La disolución mayor ocurre en la zona de contacto y mezcla entre el agua dulce y salada conocida como haloclina , la cual sube o baja dependiendo del nivel del mar .

Entre ambas capas de agua (la dulce superficial, menos densa, y la marina profunda, más densa), se establece una zona de transición abrupta denominada haloclina. La haloclina estratifica el cenote: funciona como una barrera física que aísla la capa de agua dulce. En los cenotes costeros, la capa marina profunda no siempre se encuentra realmente estancada, sino que puede circular impulsada por las mareas y tormentas a través de túneles conectados con el mar.

[2] Gunn J. (Ed.) 2003. Encyclopedia of Caves and Karst Science. Routledge. New York. 602 p.
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